Fragmento: Precht Las culpas del vicario por Andrea Lagos

Escrito notablemente por Andrea Lagos, “atrapa desde el comienzo, con una atractiva relación de  acontecimientos, muy bien acompañada de los puntos de vista pertinentes y del contexto histórico en que se van desarrollando” Felipe Portales.

Un libro sin duda un intenso, un extenso trabajo de investigación realizado sin concesiones ni morbo, sobre la base de entrevistas al propio vicario y a más de 80 personas, algunas de las cuales fueron entrevistadas en más de una ocasión.

La biografía de Cristián Precht resume de manera dramática la historia reciente de la Iglesia católica chilena. La protagoniza un sacerdote de origen más bien conservador, que llegó a liderar un proyecto revolucionario para la Iglesia —la Vicaría de la Solidaridad— y se convirtió en un héroe de la defensa de los derechos humanos y de los perseguidos por la dictadura de Pinochet. Admirado y respetado de manera transversal, el carisma y la habilidad política de Precht lo convirtieron en un indispensable para distintos arzobispos de Santiago durante décadas.

En momentos en que el mundo católico era abatido por una ola global de acusaciones de abusos sexuales de religiosos, una denuncia contra Precht golpeó a la Iglesia local, que aún no se recuperaba del escándalo del sacerdote Fernando Karadima. Los denunciantes que gatillaron en 2011 la investigación eclesiástica eran los familiares de un joven que había sido muy cercano a Precht. Poco a poco aparecerían más.

En esta investigación periodística, Andrea Lagos revela por primera vez la historia de quienes acusaron a Precht de actitudes abusivas cuando eran adolescentes o jóvenes adultos. El relato permite entender qué los hizo hablar después de tantos años y cuál es el alcance de los abusos que se le imputan.

La autora reconstruye también la investigación eclesiástica y el rol jugado por el arzobispo Ricardo Ezzati. Pese a no ser tan cercano a Precht, Ezzati fue poco severo en dos momentos clave del proceso: tardó en formalizar la investigación y optó por morigerar el castigo que le sugirieron, luego de que el Vaticano determinara que Precht era culpable. Gracias a eso, Precht no fue obligado a colgar definitivamente los hábitos.

En diciembre de 2012, la Iglesia sentenció a Cristián Precht a permanecer apartado por cinco años del sacerdocio. En momentos en que este libro se terminaba de escribir, el plazo del castigo estaba a punto de cumplirse. Por primera vez un sacerdote chileno de alta figuración pública que fue condenado por la Iglesia católica por abusos contra menores y mayores de edad, podía regresar a su ministerio.

 

Lee aquí las primeras páginas de Precht as culpas del vicario  

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