Fragmento: EL ÉXITO ES UNA DECISIÓN – David Fischman

David Fischman sugiere una serie de principios y estrategias para ser más exitoso y precisa que es decisión de cada uno empezar a implementarlas porque requiere de mucho trabajo y voluntad. Basado en investigaciones científicas y en experiencias concretas de personas que perseveraron en su camino al éxito y de paso se convirtieron en un ejemplo a seguir.

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INTRODUCCIÓN

«El éxito es aprender a ir, de fracaso en fracaso, sin desesperarse».
Winston Churchill

 

Roger Bannister

Hasta 1954 correr 1 milla (1.6 kilómetros) en 4 minutos era considerado imposible. Los doctores argumentaban que el ser humano no podía correr esa distancia en un tiempo menor. Era un tema fisiológico y de contextura, lo que hacía imposible superar esa meta. Los atletas lo probaron una y otra vez, pero no llegaban a pasar ese límite, nadie podía romper ese récord.

Roger Bannister[1] era un estudiante de medicina de la Universidad de Oxford que había entrenado toda su vida. No precisamente en carreras, pero como su casa quedaba en una colina y su colegio en otra, él recorría el trayecto corriendo, subiendo y bajando colinas. Así practicó por años. Ya en la década de 1950 había atraído la atención de la prensa inglesa y había muchas expectativas de su participación en las Olimpiadas de Helsinki 1952, pero no le fue bien, pues quedó en cuarto lugar. La prensa británica se burló de él y lo ridiculizó públicamente.

Pero Bannister era una persona que sabía fallar, él aprendió de sus errores y no se abandonó, más bien se trazó una meta que parecía imposible: correr 1 milla en menos de 4 minutos. Como él estudiaba medicina, sabía que sí era posible y que podía lograrlo. Cuando hizo pública su nueva meta, nadie le creyó y se burlaron nuevamente de él. Bannister siguió entrenando. Llegó a correr 1 milla en 4 minutos y 10 segundos, luego en 4 minutos y 7 segundos, y llegó a 4 minutos y 2 segundos. Todavía no podía vencer el límite, como todos decían. Pero él sabía, y creía, que sí podía lograrlo.

Continuó entrenando, y el 6 de mayo de 1954, en Oxford, corrió 1 milla en 3 minutos y 59 segundos. Salieron titulares en los periódicos en los que se llamó a la hazaña de Bannister «la milla de ensueño». ¿Cómo podía ser? Si se pensaba que no era posible. Ahora todos los medios de comunicación lo felicitaban y honraban. Lo increíble de esta historia es que seis semanas después, el atleta John Landy corrió 1 milla en 3 minutos y 58 segundos. El siguiente año, 37 personas corrieron 1 milla en menos de 4 minutos y un año después, más de 300 personas lo hicieron.

Lo que Roger Bannister logró realmente fue romper una creencia limitante, que impedía a las personas superar el récord. Ésta era que «el ser humano no puede correr 1 milla en menos de 4 minutos». En el momento en que Bannister la rompe, otras personas sienten que sí es posible y consiguen superar e incluso mejorar la marca.

 

Tener creencias empoderantes, es decir, aquellas que nos dan poder al derribar los límites preexistentes, es el primer paso para el éxito, como muestra el modelo «El ciclo del éxito» de la ilustración 1. Bannister pensaba que sí podía batir el récord de los 4 minutos. Así, el primer paso para lograr nuestro objetivo es pensar que sí somos capaces de hacerlo. En el libro comentaremos investigaciones científicas sobre la importancia de las creencias en nuestra vida. Analizaremos las diversas fuentes de donde provienen y plantearemos algunas estrategias que nos permitan convertir nuestras creencias limitantes en empoderantes.

Asimismo, la creencia de que «sí puedo» motivaba a Bannister a perseverar, a seguir adelante pese a las dificultades. Otro aspecto que lo impulsaba a alcanzar su meta era la búsqueda de consistencia interna. Nuestra mente trata de buscar equilibrio entre nuestro mundo interior y la realidad. Es decir, si creo que puedo hacer algo, trataré de que lo que pienso se haga real. Seguiré intentando obedecer mi creencia por más tiempo, para tener así más probabilidades de lograr mi objetivo. Una idea positiva nos permite quedarnos más tiempo en el ciclo del éxito, perseverando hacia nuestras metas. Si por el contrario tengo la creencia de que no puedo (limitante) y la realidad, en mis primeros intentos de alcanzar la meta, me demuestra que no puedo, entonces mi mente habrá encontrado consistencia y dejará de intentarlo.

Otro factor para alcanzar el éxito es el trabajo arduo. Puedo tener la creencia más empoderante que existe para motivarme, pero si no trabajo duro, si no invierto horas practicando, será muy difícil alcanzar la meta. Bannister tuvo muchas horas de práctica cuando corría, desde pequeño, todos los días para ir al colegio. Luego, siguió entrenando mientras estudiaba en la Universidad de Oxford y después trabajó aún más fuertemente cuando se propuso el objetivo de correr 1 milla en menos de 4 minutos. En este libro se comentarán las investigaciones de Geoff Colvin[2], en las que propone que el talento no es tan importante como se pensaba inicialmente. Señala que las horas de práctica son vitales para conseguir los logros en la vida. Además, se mencionarán las últimas investigaciones sobre disciplina y la importancia de formar hábitos que nos posibiliten obtener nuestras metas.

Otro elemento del éxito es la suerte. ¿Tuvo suerte Bannister? Muchos vemos la suerte como algo esotérico, como un factor del destino o de los astros. Es decir, muchos la vemos como algo incontrolable, que en ocasiones nos da una mano y en otras nos la quita. ¿Fue suerte que Oxford lo aceptara para estudiar medicina? ¿Fue suerte que haya corrido toda su vida hacia el colegio? ¿Fue suerte que el día que corrió los vientos no hayan estado en su contra? Para algunos, la suerte es 100 por ciento causa del destino. Sin embargo, en este libro planteo que uno mismo se construye gran parte de la suerte. Estudiaremos aquí los diferentes factores que hacen que la suerte nos favorezca.

Finalmente, el último elemento que explico es nuestra propia capacidad de interpretar más positivamente las dificultades y los fracasos en la vida. Bannister falló en su primer intento, al quedar en cuarto puesto en las olimpiadas. La prensa inglesa lo maltrató y ridiculizó. Pero, a diferencia de muchos, él supo interpretar este fracaso como un reto. En lugar de retirarse como corredor, se trazó una meta que parecía imposible de conseguir. Las personas que tienen éxito en sus proyectos son capaces de interpretar más positivamente las dificultades. Algunos lo hacen convirtiendo el fracaso en un aprendizaje; otros lo transforman en un reto, como Bannister. Por otro lado, en el libro mencionaré cómo nos convertimos en nuestros propios enemigos al tener diálogos internos destructivos ante las dificultades. Comentaré también acerca de las principales distorsiones del pensamiento y cómo luchar contra ellas.

La metáfora que emplearé para explicar los contenidos del libro es la siguiente: alcanzar una meta importante es como subir hacia la cima de una montaña (ver ilustración 2).

Nuestras creencias son el vehículo que construimos para subir hacia la cima.

 

COLIPÍ 518 – COPIAPÓ

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